lunes, 22 de diciembre de 2008

EL ESPEJO ROTO

Había una vez un espejo muy antiguo, que espiaba en silencio cómplice desde la sala, deseando dar más imágenes. Ocurrió que estando cansado de su eterno reposo, quiso compartir las andanzas de los jóvenes de la casa. Parecía fácil, pero fue a dar al suelo, y una esquina labrada por manos de artesano quedó estropeada. A partir de entonces tuvo que resignarse a la inmovilidad, aunque logrando dar mejores imágenes que las reales.
En una fiesta de la casa todos se contemplaban satisfechos de lo bien que se veían, pero su corazón comenzó a latir más y más al ritmo de una música que era puro decibel. Su alma de cristal no pudo resistir el infierno sonoro, enloqueció en un caleidoscopio al infinito.

roberto a. merlo

1 comentario:

  1. Me encantó, querido amigo.
    Breve e intenso tu relato.
    ¡Magnífico!
    Gracias por compartirlo.
    Besos :)

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